Estos seres se les describe con una estatura muy baja, entre
1.20 a 1.50. Presentan una complexión delgada, con grandes ojos de un color
totalmente negro y rasgados, carecen de cabello y de vellos, sus bocas son
extremadamente chicas, en cuanto a nariz y orejas carecen de estas y en su
lugar solo tienen orificios.
Los grises presentan una mala fama, dada por testigos abducidos
y por algunos ufólogos, en las abducciones de estas entidades suelen ser una experiencia
de miedo y temor, ya que las personas abducidas mencionan que estos seres
llegan a usar instrumentales raros y largos, de los cuales algunos se
introducen en los orificios nasal, bucal o en el ombligo y algunas veces se les
ve insertado algún tipo de chip en sus cuerpos. En algunas abducciones se ve la
presencia de los seres reptilianos, con lo cual algunos investigadores llegan a
la conclusión de que ambas especies estén trabajando en conjunto. Al final de
esta experiencia las victimas muestran ligeras cicatrices de lo ocurrido y muy
pocos recuerdos del suceso y para recordar lo acontecido se ven obligados al
apoyo de la hipnosis.
El caso de Betty y Barney Hill
En 1961 un
matrimonio estadounidense (Betty y Barney Hill) presentó la primera
denuncia oficial de abducción, en su declaración afirmaron haber sido
secuestrados por unos "hombrecillos grises". El encuentro se convirtió en
el máximo exponente de los casos de abducción y, por sus repercusiones
mediáticas y ciertas características, constituyó un elemento
importante en el incremento de la fiebre popular en torno a las
abducciones.
El
caso tuvo lugar en New Hampshire, un 19 de septiembre de 1961. Muy
resumidamente, Betty y Barney viajaban de noche cuando de pronto vieron
una luz blanca y resplandeciente que descendía, y entonces Barney se
bajó y miró con sus binoculares, pudiendo divisar unas siluetas dentro
de una nave. Aterrorizado al percibir que los extraños seres querían
capturarlos, Barney regresó al coche e intentó escapar, pero
posteriormente escucharon un zumbido y Barney se detuvo en una pista
forestal. Entonces, al bajar, vio una extraña barrera y gente en la
carretera; pero, cuando esa “gente” se acercó, constató que no eran
humanos: eran los grises, los mismos seres que anteriormente vio con
los binoculares… En ese momento Betty y Barney perdieron la memoria.
Pasaron años varios en los que su experiencia fue
puesta en tela de juicio, pero finalmente el prestigioso Dr. Benjamin
Simon (psiquíatra y neurólogo experto en terapia hipnótica) aceptó
tratarlos (ellos, además de superar el trauma, querían recuperar la
memoria de lo sucedido) y, tras un largo periodo de escéptica
indagación, concluyó lo siguiente: «Ni
la señora ni el señor Hill son enfermos mentales. Ambos, tanto bajo
hipnosis como conscientes, han dicho lo que realmente creen que ha
ocurrido. Pero, ¿ha ocurrido? ¿Es cierto lo que cuentan? Imposible
saberlo, aunque pienso que puede haber cierta base inicial de
realidad». Así, las palabras de Simon
dejan entrever que, si bien no se puede afirmar a ciencia cierta la
realidad de la abducción sufrida por los Hill, ésta presenta la
particularidad de que tampoco puede ser desmentida como sucedió con
tantos otros casos posteriores.
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